¿Por qué la India es fundamental para la recuperación económica global?

Bryan Larez
7 min readMay 23, 2021
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Desde comienzos del siglo XXI, el mundo ha presenciado cómo la economía mundial ha dejado de sostenerse sobre los hombros de las principales potencias europeas y los Estados Unidos, a un liderazgo en el que ahora comparten espacio con China y otras economías emergentes, entre las que se puede encontrar Brasil, Indonesia o Rusia.

Sin embargo, entre el grupo de emergentes, hay una que destaca entre las demás: India, uno de los países más relevantes de cara al desarrollo de la economía mundial, que concentra más del 14% de la población mundial, y debido a sus colosales dimensiones a nivel poblacional y económico, es actualmente la quinta economía del mundo por orden de tamaño del PIB. Es importante denotar que este gigante del sur de Asia se ha desenvuelto de una manera notable durante las últimas dos décadas, reportando incrementos anuales en la actividad económica que oscilaron entre 7% y 9%. Sin embargo, no todo es para siempre, y para el año 2019 India experimentó una fuerte desaceleración del crecimiento, registrando un crecimiento del PIB de solo 4%. A esto deben añadirse la recesión económica causada por la pandemia del COVID-19, que tiene como resultado una reducción de las expectativas de desarrollo futuro en el corto y mediano plazo.

A principios de este año, las expectativas respecto a India y el discurso de los políticos estaba centrado en una recuperación económica basada en las posibles mejoras de la tasa de vacunación y en la desescalada de las medidas de distanciamiento social. Sin embargo, pensar en la vacunación total de la población india suena más a fantasía que realidad, en un momento en que los esfuerzos tanto públicos como privados solo se han traducido en un 8% de la población vacunada con al menos una dosis. Adicionalmente, la falta de consistencia en las políticas de distanciamiento por parte del gobierno de Narendra Modi ha servido como caldo de cultivo perfecto para gestar el mayor número de casos diarios registrados en una nación, con 390 mil infectados por día.

En este sentido, todo parece indicar que las expectativas de crecimiento para este año no se cumplirán y por el contrario, que el 2021 será el peor año en términos económicos para la India, que en 2020 ya había registrado un decrecimiento del PIB del 8%.

Errores políticos

Pero para entender las causas de esta catástrofe hay que explorar diferentes aristas adicionales a la falta de vacunas y el colapso del sistema sanitario indio, que a pesar de no permitir el progreso de cualquier plan de vacunación, está directamente vinculado a las desatinadas políticas públicas del gobierno central liderado por el primer ministro, Narendra Modi, el cual respondió con medidas cortoplacistas para contener el virus y fomentó una rápida salida de las medidas de confinamiento y distanciamiento social, afirmando que la India acabaría con el COVID-19 en menos de un mes, algo que no se correspondía con la realidad y efectividad de las políticas planteadas, caracterizadas por la centralización de la respuesta a la pandemia, en lugar de delegar las operaciones a los gobernadores de los estados. Sumado a esto, el gobierno permitió la realización de mítines políticos y festividades religiosas multitudinarias, que generaron aumentos en los contagios y una mayor propagación del virus.

El impacto de la crisis en India

La crisis India también ha reavivado uno de los debates más importantes que surgió con la pandemia del COVID-19: ¿Globalización o nacionalismo?. En este sentido, Estados Unidos priorizó la vacunación de sus ciudadanos por encima de un modelo que pudiera incluir exportaciones de vacunas a otros países, contrastando con el gobierno indio que fomentó e impulsó la exportación de vacunas, una posición que revirtió rápidamente debido al aumento de contagios en territorio indio y la incapacidad de los fabricantes para satisfacer la demanda de vacunas, pasando a un cierre total de las exportaciones, medida que ha tenido un efecto negativo sobre la vacunación global como es el caso del Serum Institute, uno de los mayores fabricantes de vacunas a nivel mundial, quienes ya tenían contratos de exportación con Reino Unido, Nepal y el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (COVAX por sus siglas en inglés), pero no han sido capaces de cumplir sus compromisos por el cerco a las exportaciones, lo cual ha afectado en gran medida a las naciones emergentes cuyos planes de vacunación no han sido especialmente efectivos, como es el caso de Venezuela por ejemplo. Esto ha impactado directamente los planes de distribución del COVAX para países de medianos y bajos ingresos, reflejando un efecto negativo sobre la adquisición de vacunas de un número amplio de países emergentes.

Por otro lado, las restricciones internacionales al comercio han tenido a su vez un efecto negativo sobre las cadenas de valor mundial, incluyendo al flujo de materias primas indispensables para la fabricación de las vacunas, lo que de acuerdo el presidente del Serum Institute, Adar Poonawalla, es una de las principales dificultades para la producción de vacunas en la India. Esto incluso generó que Poonawalla solicitara a la administración de Biden que relajara las restricciones a las importaciones impuestas en base a Ley de Producción de Defensa. Por lo que es un hecho innegable que la escasez de materias primas es uno de los principales factores que afecta los esfuerzos de los fabricantes de vacunas para aumentar su capacidad de producción, siendo este uno de los principales retos para los esfuerzos de vacunación.

Además, como es habitual, los países vecinos suelen ser los primeros afectados cuando una nación entra en crisis, y el potencial impacto regional de la crisis de India podría tener consecuencias inéditas para la economía regional y global. Tanto Pakistán como Bangladesh, naciones que comparten frontera con la India y que tienen un número de habitantes que equivale a más de un cuarto de la población de la democracia más grande del mundo, implican un gran riesgo en caso de que estas dos naciones se conviertan en nuevos focos de contagio. El surgimiento de nuevas cepas y las dificultades de una rápida detección, sumado a la falta de transparencia e ineficiencia de las instituciones de ambos países, representan un potencial problema para la evolución global de la pandemia y la recuperación económica.

El problema de la ineficiencia de las instituciones y servicios públicos no es único de Bangladesh o Pakistán. La India es un país con alta insuficiencia de servicios públicos esenciales, hecho que se ha visto profundizado durante la pandemia, con problemas significativos en la adecuada provisión de servicios de aguas blancas y negras. Un ejemplo de la profundidad en los problemas de suministro es que solo un aproximado de la mitad de la población de la India cuenta en sus hogares con excusados, lo que se atribuye, parcialmente, al bajo nivel de desarrollo del país y a sus condiciones culturales. Esto impacta en el nivel de propagación del COVID-19, al existir menor capacidad de saneamiento que afecta directamente en las medidas de bioseguridad necesarias para contener la pandemia. En contraste, China, la única nación comparable a nivel demográfico, es más salubre y organizada a nivel sanitario. A pesar de esto, es complicado medir los factores culturales que puedan contribuir con la propagación del virus COVID-19, pero forman parte del marco sobre el cual tendrán que actuar los hacedores de políticas públicas de la India.

Devotos hindúes se bañan en el río Ganges durante el Festival Pitcher en Haridwar, India, el 14 de abril de 2021. Reuters

¿Qué puede pasar en el futuro inmediato?

El futuro sigue siendo incierto, pero existen pequeños estallidos que reflejan una luz al final del túnel. Respecto a estas esperanzas de un futuro donde todos estén vacunados y seguros, se encuentra una de las decisiones más recientes e importantes en torno a la fabricación de vacunas: el levantamiento de las patentes, un esfuerzo que según sus partidarios fomentará un aumento en la producción para los países pobres.

Mientras que sus detractores descartan directamente cualquier beneficio al adjudicar la falta de vacunas a la falta de materias primas, y no a la posibilidad de difundir las recetas ni levantar las patentes, estas posiciones encontradas se han trasladado incluso al terreno de la diplomacia internacional, con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, apoyando una suspensión temporal de las patentes,mientras que la canciller de Alemania, Angela Merkel, advierte sobre los peligros para la innovación y la toma de riesgos que traerá el levantamiento de las patentes para la fabricación de vacunas.

Por otro lado, la experiencia más reciente que se asemeja a un caso en el que se compartan libremente las tecnologías patentadas es el de la empresa farmacéutica americana Moderna, la cual anunció en octubre de 2020 que no haría cumplir sus derechos de propiedad intelectual. Sin embargo, la producción de vacunas sigue siendo un proceso muy complejo y depende de los fabricantes transferir la receta sobre los pasos específicos de la fabricación, los cuales no quedan especificados en las patentes. Esto sumado a la dificultad que presentan las vacunas de realizar ingeniería inversa, imposibilitando el aumento de la producción potencial que los países esperan.

La India está atravesando una crisis sin precedentes, que se adapta al contexto mundial de incertidumbre. La pregunta principal es: ¿Cómo salir de esto? La respuesta es simple, pero guarda una complejidad práctica que a día de hoy ningún gobierno o autoridad ha podido abordar eficientemente: vacunación para todos. A pesar de la complejidad de lograr tal objetivo, existen muestras de disposición por parte de países para alcanzarlo, como Estados Unidos al proponer el levantamiento de patentes relativas a las vacunas del COVID-19, que sin duda abre la oportunidad de que los fabricantes de vacunas compartan tecnologías necesarias para aumentar la producción. En India, podemos encontrar que el Serum Institute se encuentra planeando una expansión en el Reino Unido, para lo que invertirá casi 335 millones de dólares en investigación y desarrollo, así como una planta de fabricación. Sin un aumento en la vacunación de la mayor parte de la población, la salida a la crisis actual se encuentra muy lejos. Se necesita del apoyo de todas las naciones para alcanzar un nuevo mundo donde todos estemos seguros, ya que nadie estará a salvo del virus hasta que todos estemos a salvo.

Creditos: Emmanuel Ibarra, Brayan Larez. Club de Lectura FACES.

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Bryan Larez
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Studying economics but feeling passionate about Jazz music, The Beatles, and all of the new issues of this new world.